Iago Fernández es un batería que toca y compone como si estuviera escribiendo poesía. No es de extrañar que el gallego sea llamado “poeta de batería”, sobre todo porque escribe poemas y pinta mundos visuales coloridos, además de su premiada percusión. En esta manifestación artística, Fernández explora su interior y trata la esencia de su psique. Un acto de equilibrio entre sol y océano, claro y oscuro, igualmente audible en las composiciones del residente en Suiza.
Su espectro abarca desde el jazz hasta Radiohead y desde la música clásica hasta la música popular gallega y brasileña, grabada en cuatro discos con colaboradores como Mark Turner, Yumi Ito o Xan Campos.