Después de su periplo por Sudamérica, Frans Banfield vuelve a casa y nos presenta su nuevo trabajo junto a Los Hijos del Rigor, se trata de “Raro como encendido” el primer trabajo de Frans Banfield y Los Hijos del Rigor.
Está producido por el argentino Guido Nisenson (responsable entre otras cosas, de la mezcla de los archipopulares “Honestidad Brutal” y “Alta Suciedad” de Andrés Calamaro). Tras dejar en suspenso sus otros proyectos, como Phantom Club, Frans nos presenta un álbum de ocho canciones en las que ha estado trabajando los dos últimos años, codo a codo con su inseparable Brian Moure, que es co-autor de todas las canciones del disco. Se trata de un disco que nos muestra su lado menos conocido, ya que siempre lo hemos visto navegando en los mares del funky o del blues. Para nada, en este disco nos podemos encontrar pop, rock, swing, y hasta rumba. Letras de desamor, que también es algo novedoso en su carrera. Se abre con una “Corre”, una canción, intensa, rockera, con influencias del rock ecléctico de gente como Soda Stereo y una letra que ya nos muestra lo que va a ser el resto del disco “Y no sonrías si esto no vale, me estas llevando a la ruina otra vez”. En el segundo corte, nos encontramos con una balada muy soul titulada “En cada acorde una bala”, elegante, sofisticada y con una guitarra muy presente todo el tiempo dándole mucha personalidad a la canción. En esa misma línea podría estar “Sal”, entre el soul y el blues, una de las canciones que ya conocemos desde hace meses porque fue el primer adelanto. “sabes cómo soy, salgo libre de cualquier condena, al encuentro mío voy con Blues lleno éste equipaje y quiero decirte adiós” uno de los estribillos más potentes del disco, el single perfecto. Uno de los momentos más brillantes del álbum, es tal vez, la canción más pop, “Polvo” con un estribillo redondo repitiendo “No pienso volver a follarte”, tal vez sea la canción más pegadiza. Destacar también “Rumba del olvido” en la que se deja entrever la admiración por su compatriota Andrés Calamaro, con una letra optimista, “Déjalo estar así es el amor desagradecido, ya habrá otra que ocupe su lugar”, muy interesante porque le da otro matiz a un disco, que de por sí, es muy variopinto. El disco se cierra con “Madera y Hierro” una canción con mucho swing, que habla de que siempre te queda la música cuando te falla lo demás.
Fuente: La fábrica de chocolate.