Fito Mansilla es un cantautor diferente. La atmósfera que crea una vez se sube al escenario es única en el circuito.
Llevo siendo público de este artista desde hace un par de años, desde que le descubrí, por casualidad, en la valenciana sala El Volander. Me lo presentaron antes de que empezara su concierto. Aunque había escuchado hablar de él, ese fue el primer contacto con él. Le comenté que yo andaba también entre canciones y quedamos en seguir hablando tras la actuación. Sólo tuve que escuchar los acordes de la primera canción para saber que estaba delante de un cantautor diferente. Su manera de tocar la guitarra, una mano derecha talentosa, su respiración al coger aire antes de cantar desde la víscera, me empujó a escuchar cada canción de aquel concierto como un fan que sucumbe tras sufrir un amor a primera vista.