Tras varios conciertos en ciudades señaladas del país, el próximo 30 de diciembre a las 22:00 la banda llega a su ciudad de origen para mostrar al público su nuevo directo. Prometen más canciones, más diversión y más energía que nunca.
INDEFINIBLES
Si les preguntan qué tipo de música hacen, los cuatro jóvenes vigueses que componen El Sótano de Babel suelen responder “indie-rock”. Es para no complicarse. En realidad, no consideran que exista por ahora etiqueta capaz de englobar su estilo. Si bien parten de un pop-rock alternativo de influencias muy sonadas en el panorama independiente español, no dudan en adentrarse en géneros como el rap de corte social o el funk más bailable, sirviéndose de potentes sonidos eléctricos o de evocadoras atmósferas electrónicas según proceda. En un concierto suyo suena hasta dubstep.
Y es que es difícil acotar las influencias de Woody, Moncho, Antón y Rober: de Muse a Novedades Carminha, de Zahara a Pink Floyd, pasando por Foals, J. Cole, Daft Punk o León Benavente, por mencionar algunas. ¿Un punto en común? El disfrute que la música, sin importar género o procedencia, logra causar. Este concepto, aseguran, es el que guía un directo de El Sótano de Babel. Así, el objetivo es conectar con el público a través de la emoción y la intensidad con la que tocan cada tema, componiendo un espectáculo que fusiona sutileza técnica con descaro canalla.
PASADO Y FUTURO
A lo largo de sus poco más de tres años de andanza musical, los chicos de “El Sótano”, vigueses de nacimiento pero hoy día residentes en Madrid, han aprendido a perder la vergüenza. La vergüenza a mezclar sonidos, a moverse desbocadamente sobre el escenario, o a hacer de cada actuación una fiesta por todo lo alto. Es el resultado de un progreso que les ha llevado a ganar varios concursos, colarse en carteles de grandes festivales, grabar un EP gracias al apoyo de sus seguidores vía crowdfunding, y embarcarse, estos últimos meses, en una pequeña gira por España.
Después del concierto en Vigo se enfrascarán en la grabación de nuevas canciones. Tienen ideas que, confían, sorprenderán a mucha gente, y están casi tan deseosos de llevarlas a un estudio como de anticiparlas en La Fábrica de Chocolate el próximo domingo.