¿Donde residen los objetos? Los objetos, cuando están quietos, apoyados en el suelo, sobre sus bases, pueden ser útiles, bellos, oportunos, llamativos o discretos … pero, no están vivos.
El lugar en el que los objetos destellan y se inflaman con la vida, donde realmente arden de vida, es en el aire. Es por esto que nos volvimos locos con los globos, con las pompas de jabón, los drones, los las cometas y las estrellas.
Drop es un espectáculo de malabares, pero también, y sobre todo, Drop es un espectáculo de malabaristas. Personas que desarrollan una cualidad especial para mantener objetos flotando en el aire. Un juego de niños convertido en una manera de vida.
Pero fuera de eso y al igual que el resto de las personas, los niños crecen y conviven con su entorno, con sus retos, con sus problemas, con sus atributos y carencias, y tratan de mantener todo en el aire para sobrevivir en un lugar en el que todo finaliza cayendo.
Por eso Drop juega, constantemente y más que nunca, con la metáfora que compara a los malabares con la vida. Y los recuerdan que, de alguna manera, todas y todos somos grandes malabaristas.
Cuatro malabaristas y un pianista nos invitan a vivir en el mundo de los sueños, en el que miramos patrones, coreografías de objetos, dibujos en el aire que no son otra cosa que los problemas y las tareas del día a día de cualquiera de nosotros.
Y, durante una hora, si no se cae el mundo, nos harán salir del suelo y volver a caer para recordarnos que, esto de la vida, no es más que un juego.